martes, 16 de enero de 2007

El olfato político del APRA


Mucho se está especulando sobre una supuesta alianza del APRA con el fujimorismo en esta segunda versión de Alan García Pérez como presidente de la República. En los principales medios de comunicación del país, se comenta que es una convergencia “tácita”, que ambos tienen intereses comunes.

Esta es una interpretación válida, por la manera como se han venido dando las cosas. El fujimorismo propone una ley para supervisar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), que fueron incómodas cuando estos estuvieron en el Gobierno, y la bancada aprista apoya esta medida, dirigida a aquellas instituciones que defienden los derechos humanos y combaten la contaminación ambiental, incómodas para el régimen, en su afán de estar en buenas relaciones con las empresas mineras . El APRA, de la mano del presidente García, plantea la pena de muerte para terroristas y violadores de menores de edad, y los fujimoristas apoyan. Obvio: dada la pena de muerte, se podría retirar al país de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para evitar sanciones a los regímenes de García y Alberto Fujimori, con rabo de paja en materia de derechos humanos.

Hasta allí, todo está comprobable. Aparentemente, ambos se benefician. Pero no es así.

El fujimorismo logró 13 curules de 120 en el actual Congreso, un poco más de 10 por ciento a nivel nacional, sin Fujimori en el escenario electoral de abril del año pasado (aunque estando en Chile pesó). En los comicios municipales y regionales, prácticamente fueron borrados del mapa. En el supuesto que Fujimori sea absuelto de sus culpas, como sueñan sus seguidores, para el 2011, este personaje tendría 73 años, una edad muy avanzada para pretender volver a la presidencia. Por eso, lo único que buscan es que el Extraditable sea liberado, para que el movimiento naranja perdure unos años más. De allí, no tiene garantizada su subsistencia. Quedará en el recuerdo, como el odriísmo, el pradismo y el sanchezcerrismo.

¿Y qué decimos del APRA? Partido realmente zorro en la arena política (y con un líder zorro como García, aunque no nos guste), sabe que, pese al rechazo de gran parte de la población al régimen de Fujimori, un gran sector de la población lo apoya. García sabe que ese porcentaje es fundamental para darle estabilidad a su gobierno. Es por eso que propone medidas como la pena de muerte, respaldadas ampliamente por sectores populares cercanos al fujimorismo.

Y es por eso que García golpea duro al toledismo. Porque casi no tiene respaldo popular, y, a diferencia de lo que muchos creen, en el sentido de que Alejandro Toledo podría ser serio candidato presidencial en el 2011, esto es difícil que ocurra. Y lo golpea porque sabe que los adeptos a Fujimori tienen una gran antipatía y resentimiento contra Toledo, a quien acusan de haber desatado una persecución contra este grupo político. Así se los gana. Cuando el fujimorismo esté extinto, tendrán en el APRA y García sus nuevos ídolos.

Ahora entiendo porqué el APRA sobrevivió a la “Convivencia” con Manuel Prado en 1956, la Alianza con Manuel Odría (otro Manuel) en 1963, archienemigos en décadas anteriores: su olfato político. Esos actores políticos desaparecieron para siempre, con sus movimientos. Es criticable, es cierto, pero eso explica porqué es el único partido que queda vivo en el país. La pregunta es, ¿esta vez sobrevivirá? Todo depende de cómo lo maneje.

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