sábado, 27 de enero de 2007

¡Vamos al Estadio!


Dos resultados a la vista en este mes de enero. Primero, la eliminación de la selección peruana de fútbol sub-20, en el certamen sudamericano clasificatorio para el Mundial de la categoría, a desarrollarse en Canadá. La caída escandalosa ante Bolivia por cuatro a uno, en el último partido, fue lo más humillante que atravesó este equipo, integrado por jugadores sin alma, que no se parecen nada a los peruanos, que se las ingenian y luchan contra la adversidad; y dirigidos por una persona que puede ser muy respetable, pero que no pasa de eso, porque entrenador de fútbol no es.

El otro es el del miércoles, donde uno de los mejores equipos de nuestro fútbol (se supone), Sporting Cristal, fue avasallado sin atenuantes por el América de México, por un categórico cinco a cero, en la cancha del Toluca. Con este resultado, el partido de vuelta es sólo un mero trámite.

Estas dos derrotas reflejan la calamitosa situación en que se encuentra nuestro balompié desde hace varios años. Curiosamente, desde hace varios años tenemos a los mismos dirigentes conduciendo los clubes; si no son las mismas personas, son los mismos cerebros, con mentalidades mediocres de salvaguardar sus intereses personales y económicos, y sin ideas para buscar que el fútbol nacional salga del estado en que se encuentra. A ellos no les importa para nada que los equipos peruanos ganen, sino que más bien parece que quisiera que perdiesen.

Pero, ¿puede caber en la cabeza de alguien más o menos sensato, desear que continúen las malas performances de los elencos peruanos, sean clubes o selecciones, en las competencias en que participamos? La respuesta es, increíblemente, SÍ. ¿Y cuál sería la razón para querer esta hecatombe en la que vive el deporte rey en el Perú?

La razón es aburrir a la afición deportiva. De un tiempo a esta parte, cuando se pregunta a la gente sobre algún partido de la selección o de la participación de algún combinado peruano en campeonatos como la Copa Libertadores o la Copa Sudamericana, la respuesta clásica es “no vi el partido”. Eso demuestra un desinterés por saber sobre la situación del fútbol, debido a que la afición está cansada de tantos malos resultados.

El desinterés sobre cualquier área de la vida lleva a un desconocimiento de esta, y por lo tanto, cuando no hay conocimiento, es difícil que haya una voz discrepante o una oposición. Y eso es lo que buscan los dirigentes, tanto de la Federación Peruana de Fútbol, o de los clubes, quienes en su afán de seguir entornillados en los cargos, prefieren que las cosas sigan así, para que ya no tengan, ya no en los mismos socios de los clubes, sino en la afición, alguien que pida fiscalización. Y esto a pesar de los esfuerzos que hace un sector de la prensa deportiva, por señalar las irregularidades que están ocurriendo en la dirigencia del fútbol.

Por eso los dirigentes piensan: “¡Que sigan perdiendo! No nos interesa”. Llegará un momento en que la afición se desinteresará completamente de la práctica del fútbol, por sus tan vergonzosos resultados, así como ha pasado con otras disciplinas, como el básquet, para mencionar algunos deportes que alguna vez nos dieron lauros. ¿Quién va ahora a ver un partido del Regatas Lima? A nadie le importa.

Ante esta situación, no debemos dejar que estos personajes detestables, como Manuel Burga o Alfredo Gonzales (y otros más que por allí se me escapen), sigan haciendo de las suyas. Vayamos al estadio, sea para ver a la selección o al equipo de su preferencia, y si se pierde, hacer sentir nuestra voz a estos tipos para que dejen de hacer de las suyas. Apoyemos a los socios que están en contra de Gonzales, en el caso de la “U”, cuya realidad actual es calamitosa. Por más que sigamos perdiendo, no bajemos la guardia. No bastan los blogs o páginas de internet donde se expresa el malestar: ahora toca la acción.

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